Como parte de su estrategia de negocio, Casa Locken ha sido restaurada por Piacere y rebautizada como Piacere Pedregal. Es una gran pieza arquitectónica del modernismo mexicano en la que hoy en día exhibe de forma natural diferentes colecciones de mobiliario, principalmente de la marca italiana Poliform. Sus amplios espacios se convierten en un gran lienzo para explorar el interiorismo contemporáneo. Piacere Pedregal se suma a los showrooms de Reforma Lomas y de Los Cabos, conformando una amplia oferta en el mercado del diseño interior para ofrecer experiencias sensoriales.
La apertura de Piacere Pedregal es el pináculo de 30 años de carrera para Piacere, firma reconocida por la calidad en su servicio, pero sobre todo por el altísimo nivel de las marcas de mobiliario que distribuye en exclusiva, como Arclinea, Poliform, Agape y Cassina, por mencionar algunas. También ofrece piezas diseñadas por Antonio Citterio, Patricia Urquiola, Jean-Marie Massaud, Rodolfo Dordoni, Paolo Piva, Angelo Mangiarotti y otras relevantes personalidades del mundo del diseño. Este es apenas el abreboca de todo el universo Piacere.
Casa Locken es una forma de retribuirle a la arquitectura mexicana lo que le ha dado a Piacere como eje de su crecimiento. Piacere tuvo sus inicios en el sur de la Ciudad de México y ahora regresa a sus orígenes.
Sus amplios espacios se convierten en un gran lienzo para explorar el interiorismo contemporáneo.
Piacere Pedregal tiene un gran valor arquitectónico y forma parte del modernismo mexicano.
01/
Un poco de historia
Este espacio tendrá como objetivo ser la casa de todos los clientes, amigos y familia de Piacere, destinada, como lo indica el nombre de la marca, al placer, al hedonismo y a la contemplación de la arquitectura. Es hogar del buen diseño y, ¿por qué no?, el perfecto anfitrión de conversaciones y encuentros de personajes que mañana, quizá, serán estudiados como los hacedores de la arquitectura, diseño e interiorismo de este siglo.
Modernidad arquitectónica
La zona del Pedregal se caracteriza por la convivencia de la arquitectura modernista sobre los vestigios de la última erupción del Xitle, volcán localizado en las faldas del Ajusco. En su última
gran actividad, hace 1700 años, dejó un escenario complejo en 80 kilómetros cuadrados: suelo rocoso, en el que nadie pensaba vivir, puesto que era, justo, un pedregal. No obstante, y a pesar de lo inhóspito del territorio, el arquitecto Luis Barragán tuvo la visión de intervenir ese pedregal y construir un fraccionamiento exclusivo donde se estuviera a salvo de las inundaciones, terremotos y otros fenómenos naturales típicos de la Ciudad de México.
Así nació Jardines del Pedregal de San Ángel, entre 1947 y 1962. Desde entonces, se convirtió en un legado de modernidad arquitectónica que hace vibrar el sur de la Ciudad de México.
02/
En los años setenta, el inmueble se convirtió en propiedad de Luis M. Farías (1920-1999), político, abogado, locutor y radiodifusor.
Casa Locken y
la familia Farías
El arquitecto mexicano Francisco Artigas (1916-1999) edificó el inmueble situado en el número 420 de la calle de Picacho en 1956 para Mauricio Locken Izaguirre (1927-1988). Él era hijo del
empresario noruego Olaf Locken y de doña María de los Dolores Izaguirre Castañares, quien, al enviudar, se casó en 1941 con quien llegaría a ser presidente de México en 1952: don Adolfo Ruiz
Cortines. Mauricio Locken, un joven de gustos aristocráticos e irreverentes, dio rienda suelta a su personalidad. Fue mayor en la Fuerza Aérea Mexicana, además de desempeñarse como el piloto
responsable del avión presidencial y capitán segundo del jefe de gabinete en la Secretaría de la Defensa Nacional en 1952. También fue torero y tomó la alternativa en Acapulco con Joao
Brilhas do Matos como padrino, con toros de Zacatepec al lado del matador Félix Briones. Locken, un hombre de mundo vio potencial en la zona del Pedregal y decidió pedir a Francisco Artigas, un
arquitecto avant garde, que le construyera su casa. Bien dijo el historiador Enrique Krauze: “El Pedregal era, a no dudarlo, la colonia de la Revolución Institucional”. Un terreno de 4,000 metros cuadrados fue el lienzo en blanco para esta joya arquitectónica que cuenta con una fachada ciega. Este muro aísla la totalidad de la propiedad brindando la privacidad que Locken requería para algunas excentricidades, como pedir que su dormitorio tuviera vista al jardín principal para abrir el gran ventanal y, sin escalas, salir de la cama para lanzarse a la alberca.
ARRIBA
Fernando Luna trabajó como fotógrafo y arquitecto de forma ininterrumpida por más de 45 años con Francisco Artigas. Estas son algunas de las imágenes que tomó de Casa Locken.
Recámara principal
Amplia y cómoda, la recámara principal de Casa Locken tiene vista a la alberca; ambos espacios se iluminan con la salida del sol.
La fachada
Un portón corredizo de madera da la bienvenida a Casa Locken; detrás de él, los visitantes descubren un diseño arquitectónico único.
Jardines
La arquitectura de Casa Locken armoniza con el entorno natural. Vista de frente desde su costado izquierdo.
Esculturas
Mauricio Locken Izaguirre, primer dueño de Casa Locken, decoró los jardines y la alberca con esculturas con motivos naturales, como los caballos.
Escalinatas
La estética de Francisco Artigas se descubre en cada detalle; como las escalinatas que llevan directo a la alberca sin necesidad de entrar a la casa.
ABAJO Legado modernista
El arquitecto Francisco Artigas construyó Casa Locken con vidrio y acero, dos elementos opuestos que, combinados, dan sustento a la arquitectura modernista mexicana tan presente en el Pedregal.
MATERIAL FOTOGRÁFICO TOMADO DEL LIBRO: Las casas del Pedregal 1947-1968 Alonso Pérez-Méndez y Alejandro Aptilon
Con la colaboración de Georgina Ariza
Fotografías de Luis de Gordoa
Editores: Gustavo Gili
Año de publicación: 2007
País: España
También se proyectó una sala de armas para practicar esgrima,
patios interiores y ojos de agua internos. En suma, una casa
excepcional que costó 1,400,000 pesos de la época. En ella se
invirtió una tercera parte más de lo que costaron las viviendas de
escala similar en la zona. Es decir, era La Casa; al menos la más
progresista de aquellos tiempos. Desde entonces, fue bautizada
por el vox populi de la colonia, y por la más distinguida esfera
sociopolítica mexicana de los años 50, como Casa Locken.
“En los años setenta, el inmueble se convirtió en propiedad de Luis
M. Farías (1920-1999), político, abogado, locutor y radiodifusor. Por
sobre todo, un hombre de libros y nueve hijos en los que
acomodaba en permanente riña por el espacio. Urgido por la
constante ampliación de su biblioteca, acudió a su amigo Pancho
Artigas en busca de una casa donde cupiera, y este, tras buscar
algunos meses, encontró que la Casa Locken estaba en venta. El
inmueble, sin embargo, precisó de una ampliación de la que con
gusto se encargó su entrañable amigo. Por ello existen dos áreas
cuya división es casi imperceptible, pues están colmadas por la
misma mano: la de Francisco Artigas. En la actualidad, la biblioteca
de Luis M. Farías es un importante acervo de la Universidad de
Monterrey en Nuevo León, en tanto que la casa ha sido restaurada
conservando en riguroso celo el diseño original de
esta joya arquitectónica. Don Francisco y Don Luis cultivaron su
amistad hasta compartir el año de sus muertes. Aquella pervive aún
entre sus muros y jardines”, explicó el señor Luis Farías Mackey, hijo de Luis M. Farías.
Desde aquellos años de gloria, fue bautizada por el vox populi de la zona y por la más distinguida esfera sociopolítica mexicana de los años 50, como casa locken.
Reproducir video
03/
Piacere y Artigas
Como una historia predestinada, la relación de Piacere con el arquitecto mexicano Francisco Artigas inicia cuando al mudarse a uno de sus showrooms de Reforma Lomas, una bella casa funcionalista de la autoría de Francisco Artigas, se convirtió en un statement y signature para la marca. Esa aparente simplicidad del modernismo que caracterizaba al arquitecto Artigas es el escenario perfecto para el más reconocido showroom de Piacere. Líneas simples en pos del funcionalismo cobran vida cuando la casa es habitada por el sutil y elegante mobiliario de las marcas que representa Piacere.
Con ánimos de expansión, Piacere consideraba tener presencia en el sur de la ciudad y, sin sospecharlo, el 2023 traería entre sus buenas nuevas una oportunidad increíble para la familia Piacere. Una casa en el Pedregal estaba disponible y cumplía con las características para ser el nuevo recinto Piacere. Por acierto del destino también es de la autoría del arquitecto Francisco Artigas.
Piacere llega a casa Locken por invitación del arquitecto Mauricio Gómez de Tuddo, quien, preocupado por preservar el legado del modernismo mexicano, contacta a Francisco Acuña y a Carlos Trujillo con el objetivo de rescatar, restaurar y, al mismo tiempo, actualizar y renovar este espacio. El objetivo final fue compartir el inmueble con la comunidad arquitectónica de México. De esta manera, el proyecto de restauración de Casa Locken estuvo a cargo del arquitecto Mauricio Gómez de Tuddo. Por su parte, Juan Pablo Wolffer y Guillermo Galindo fueron los arquitectos que ejecutaron la obra y, finalmente, la curaduría del mobiliario fue realizada por Piacere.
Hoy en día, Piacere Pedregal es un espacio único donde el diseño y el arte se fusionan para crear una experiencia incomparable para los amantes del diseño y la arquitectura.
La casa cuenta con
colecciones de mobiliario de la prestigiada marca italiana Poliform,
incluidos clósets, sistemas y cocinas; baños de la marca Agape y
mobiliario de exterior de Paola Lenti. Además, tiene la gran ventaja
de disponer de un programa de stock de mobiliario de entrega
inmediata*.
Hoy, Piacere Pedregal está lista para ser visitada bajo cita: +52 55 2589 3688.
Acerca de Piacere
Piacere, con 30 años de trayectoria, ofrece al público una opción de alto diseño y calidad acompañada de un gran servicio. Iniciamos con la distribución en exclusiva de Arclinea, una de las mejores marcas de cocinas italianas en el mundo. Más tarde se unieron otras, como la icónica marca de baños Agape y Poliform, con su amplio catálogo de clósets, sistemas, mobiliario y cocinas. Después sumamos a Cassina, Kettal, Paola Lenti, antoniolupi y Living Divani, reconocidas por su alta calidad. Hoy, Piacere se posiciona en el mercado mexicano como una de las mejores elecciones en el diseño interior.